La noche cae y la temperatura empieza a disminuir, quiero salir de casa para olvidar el mal día. De repente nos cruzamos en el camino, te miro de reojo y noto que hiciste lo mismo. No quería seguirte, no quería que sospecharás de mi identidad, quería que siguieras tu camino. Te detuviste en un semáforo en rojo, te seguía observando. Empieza a llover, abrigarme debo, el semáforo cambia a verde y sigues tu camino, espero que sigas avanzando para luego seguirte.
Te detuviste en una tienda cercana de la avenida, me apresuré un poco para poder alcanzarte, me hice el indiferente y vi que comprabas cigarros y luego hacías una llamada, ibas a llegar a las 11 pm en un bar de un distrito de clase A. Son las 10 pm, salías de la tienda y llamabas por un taxi, tardó 10 minutos en llegar. Afortunadamente logré escuchar parte de la dirección y la apunté en mi móvil. Regresé a la oficina para ubicar bien el lugar. Luego de esto bajé a la cochera para ir con el carro al mencionado bar.
Paseando en el carro, dirigiéndome al bar, consultaba mi reloj y aún había tiempo, así que decidí dirigirme por un camino un poco largo y llegar cerca de la hora acordada. De repente el dolor de cabeza se hizo presente, tuve que detenerme en una farmacia para comprar y tomar una aspirina. Volví al carro para continuar con mi recorrido. Por la mente pensaba si ella me había reconocido, tenía esa duda. Todo dependerá de que ocurra en esta fría y misteriosa noche.




Aquella bellísima mujer se refugió en un parque, con lágrimas en los ojos. Cuando escuchó que alguien se le acercaba se puso a la defensiva. Quería que me fuera, necesitaba de su soledad. Le pregunté que había ocurrido. En un inicio no quería contarme nada, se notaba la desconfianza en sus ojos. Le dije que estaba para escucharla y protegerla de quien quiera hacerle daño. Saque mi pañuelo, le sequé las lagrimas. Ella sacó de su cartera un cigarro, use mi encendedor para prender el cigarro. Se notaba tranquila, me empezó a contar de lo sucedido. El pata estaba enamorado de ella y eso no le gusto para nada. Le dijo no, pero seguía insistiendo, quiso obligar que lo bese, eso fue lo que le agotó su paciencia y se retiró. Se arrepentía de haber confiado en él, era su amigo y lo traiciona de ese modo.
La lluvia empezó a caer con furia, ella sentía frío, me quite mi abrigo y se lo puse para protegerla de la lluvia, en un inició lo negó pero al final aceptó. Caminamos con dirección al bar, yo le pregunté si quería volver, ella me dijo no. Luego agregó que no le importaba si seguía su ex amigo allí, iba a ser indiferente con él. Le pregunté que iba a ser y ella dijo que quería caminar sola en dirección a su casa. Le dije que tenía auto, podía llevarla. En inició aceptó, aunque dudosa fue su respuesta, luego cambió de opinión y que quería caminar sola hacia su casa.
Cuando ella bajó me dijo: "Gracias por acompañarme, no esperaba menos de ti, descansa también...". Ella me había reconocido al final, sabía quien era, que busco entre sus archivos de su móvil y tenía mi foto. Me quede paralizado mientras veía como se perdía en el horizonte. Me sentí un estúpido por haberme confiado tanto. Olvidé que sólo estaba averiguando de ella. Mi plan fracasó. No creo volver a tener otra oportunidad. Mi experiencia me falló, se nublaron mis recuerdos de los cuales aprendí. Fallé
"Últimamente los días y las noches se parecen demasiado... si algo aprendí en esta ciudad es que no hay garantías, nadie te regala nada, todo podía terminar terriblemente mal, pero este caso... había que resolverlo..."
Gustavo Cerati
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