Atrás quedaron aquellos días de felicidad, donde no habían caras largas, ni constantes jaquecas como consecuencias de enormes cantidades de stress. Atrás quedaron los días de libertad en la que la sala se encontraba vacía, esperando a recibir a nuevos visitantes, donde los adornos hacían buen juego con el ambiente.

Una nueva etapa empezó finalizando la universidad la cual está teniendo un balance negativo. El silencio y tranquilidad que había caracterizado fue reemplazada por la bulla y la desesperación. Nunca había pasado tan malos años, con altibajos, como lo dije líneas atrás pero la tendencia es a lo negativo.
Sólo queda decir, extraño los momentos de silencio y tranquilidad en casa
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